
Quién fue Francisco Otta

Es difícil comenzar a contar cómo fue hacer un proyecto tan largo como Otta ya que no fue un desarrollo constante sino intermitente en los años. Bueno, sí puedo decir que es un proyecto de largo aliento que va contra toda estrategia de diseño, algo que agradezco en PampaType porque va contra la corriente, de que no existe «una» forma de hacer este oficio. Comenzó por allá en 2015, antes de postular a un fondo estatal en Chile para actualizar Educación tipográfica, un libro sobre tipografía, pero que se convirtió en otro libro... ¿Qué más se podía decir sobre tipografía que no haya sido escrito? ¿Por qué creí que valía la pena hacer otro libro sobre tipografía y además con una fuente especial para este?
A principios de este siglo, cuando buscaba libros para crear un apunte para un curso de tipografía descubrí uno que me llamó poderosamente la atención por la diversidad de información de la escritura en distintas culturas, un libro de 1974. En el momento que descubrí ese libro, me preguntaba cómo alguien en esos años podía conocer tanto, era como una especie de Wikipedia en papel sobre las escrituras. El título de ese libro es Los alfabetos del mundo, publicado por un artista de origen checoslovaco (antigua Checoslovaquia, lo que hoy corresponde a la República Checa y Eslovaquia) que se nacionalizó en 1950. Llegó a Chile en 1940, escapando del partido nazi por sus raíces judías. Su familia murió en los campos de Auschwitz. 1 La ciudad de Pilsen (en checo, Plzeň) vio nacer en 1908 a František Otto Bergmann Troller o su nombre castellanizado como Francisco Otta. Un artista viajero y humanista curioso. Aquí en Chile fue profesor de letrística 2 de unos amigos, que luego crearon tipografia.cl, un proyecto de digitalización de escrituras vernáculas del país, a fines de los noventa.


Dobles páginas de *Los alfabetos del mundo* de Francisco Otta, Ediciones Extensión Universitaria de la Universidad de Chile.
La razón de que ese libro no sea conocido en Chile, fue porque nunca fue lanzado públicamente como consecuencia del golpe de Estado en 1973. Lo conocí en fotocopias, producto de un nicho académico interesado en el diseño de letras y la tipografía. Tal vez, muy pocas personas pueden contar con un original. Tiene un subtítulo que reza «La comunicación gráfica desde los Fenicios hasta la Computadora» y contenía muestras de escrituras de distintas culturas, seguramente algunas de la mano del mismo autor. Fue una fascinación para mí ver esas escrituras ininteligibles, pero exuberantes, especialmente la árabe.
En homenaje a él, tomé su nombre para la fuente que publicamos aquí. Fue también la excusa para incursionar en un mundo de escrituras desconocidas para mí y a la vez una oportunidad para diseñar una fuente especialmente para un libro que conecta la caligrafía, la rotulación (Lettering), el diseño de tipos y la tipografía. Evidentemente mi entusiasmo no me permitió tomar conciencia entonces del abismo al que me iba a asomar.


Lámina de un árbol genealógico del alfabeto realizado por Francisco Otta [sin fecha]. Colección del autor. Las hojas de ese árbol inspiraron el diseño de los florones de Otta.



La parte más complicada de presentar una fuente para mí es pensar en el texto que la acompaña, que declara la intención de diseño. En la industria de comercialización de fuentes, uno encuentra que la mayoría de las veces no tienen sentido, con atributos que cuesta ver, casi como leer las catas de vino, que parece poesía de baja calidad. Son solo letras. En la fuentes Display puede hacer más sentido desarrollar una idea más sofisticada. Para las fuentes de lectura en prosa, mientras más sobrio mejor para mí, mientras más adjetivado, me genera sospechas. Aquí es que encuentro sentido a la critica que se hace a su producción incesante, de por qué vale la pena hacer una fuente tipográfica si existen tantas. La respuesta puede estar en lo que dice el texto que la presenta, basta hacer el ejercicio comparativo para corroborar los modismos y clichés que se escriben. Me incluyo. Sin embargo acá, en PampaType, hay una preocupación por un desarrollo más elaborado, con la intención de exponer aprendizajes y reflexiones. No solo vender.

Dibujo vectorial que parece hecho a mano
Desde hace tiempo que he observado esa idealización que tienen algunas personas por las formas de las letras basadas en figuras geométricas, como queriendo representar perfección. Una idea que tuvo su plenitud en 1928 con Futura y que configuró una categoría estilística en las Sans serif. El pobre de Paul Renner no se imaginó lo mal que envejecería su inquietud para el diseño de tipos contemporáneo, convirtiéndose en un cliché de la modernidad, de la «perfección» y el equilibrio geométrico, transformado en un discurso para vender. Todos los años se diseñan Sans geométricas hasta la saciedad, seguramente porque se sigue creyendo en esa promesa. Cualquiera que haya intentado hacer letras basadas en la geometría regular notará que eso no funciona, se verá raro, con grosores dispares, incluso con letras que se ven más grandes que otras y someterlas a una cuadrícula solo empeora el trabajo para hacer un espaciado. El ojo no engaña, la obsesión por la retícula sí. Para confirmar lo que digo compárese los grosores de Futura y se comprobará que no son todos iguales, el grosor uniforme desaparece sutilmente. De este modo, con mis obsesiones en el dibujo vectorial no quise promover ese «engaño», el de la perfección geométrica y alejarme lo más posible con el dibujo en Otta.

La perfección del dibujo frente a la idea tipográfica
Cuando adquirí dos variantes de Trinité, una fuente diseñada por Bram de Does, para usarla en el libro de tipografía como una muestra digna de contemplar —porque me parece un modelo difícil de superar en su estilo— constaté que la fuente contenía un set de caracteres bastante austero comparado con su alto valor. Lo entendí porque fue dibujada completamente a mano y luego digitalizada con Ikarus, un software que usaba un mouse con distintos botones para marcar los puntos de dibujo computacional al recorrer los contornos. Abrí el archivo para revisar el dibujo y noté que tenía unos pequeños errores en un par de letras. Al principio, me sentí frustrado, porque soy exigente con el dibujo de mis letras (puede ser por eso que nunca quedo conforme) y con las de los estudiantes en mis clases.

Trinité, épico diseño de Bram de Does, 1979-1982.
Pasado un momento me dije ¡y a quién le importa! El diseño de esa fuente está demasiado logrado: una letra «caligráfica» en una forma tipográfica, como para considerar relevante ese detalle. No me gusta el discurso de buscar el error en el diseño como un acto humano, me parece que es complaciente con la mediocridad. Para mí, la idea tipográfica de componer texto en prosa con letras vectoriales y que parezcan hechas a mano es muy difícil, requiere más dedicación. No sé si lo logré en Otta, pero al menos sí logré que no se vea estandarizada o insípida. Mi intención con esta fuente fue buscar la irregularidad de la factura exigente que tiene el oficio de dibujar a mano y el dibujo vectorial es otro tipo de dibujo que no tiene nada que ver con el análogo, esa es la dificultad. Para ello me inspiré, en parte, de lo que hizo Gutenberg con su proyecto para producir libros manuscritos más rápido. Debían parecer hechos a mano también, con lo cual duplicó letras en tipos metálicos con ligeras variaciones para no ser descubierto. Al pobre, finalmente, lo pillaron y, más encima, lo estafaron.



Un plan para la serena irregularidad del texto
El plan fue hacer que la letra tuviera un aspecto «irregular» (que no es lo mismo que desordenada o mal hecha), hacerla irregular en conjunto con otras letras requiere de varios ensayos. No encuentro un concepto más certero, tal vez algo parecido, aunque no lo mismo, sería el wabi-sabi japonés, pero eso tiene que ver más con el uso y el paso del tiempo. Acá es esa simetría de la que hablaba Walter Kaech, que no es perfecta, como la cara de una persona.
Aproveché la tecnología OpenType con la función Alternativas contextuales (Contextual Alternates) además de las Ligaduras estándar (Standard ligatures)—porque vienen activadas por defecto en los software de diseño— que permiten cambiar caracteres por otros en una situación específica de escritura. Hice algunas letras duplicadas, también con ligeros cambios, para que se infiltraran en el párrafo y lo «desrutinizaran» —si se me permite el término— en su monotonía, o, dicho de otro modo, para que el texto recordara que también es textil, nunca perfectamente liso, siempre con pequeñas variaciones que revelan como si fuese tejido.

Así, existen cuatro letras «a»: una estándar, otra con un remate superior más ancho para combinarlas con las que dejan un poco de espacio por arriba a la derecha como h, m, n; otra, con ese mismo remate, pero más corto para enfrentar letras como F, T, t, v, w, z y, una última, con la cola más enroscada para rematar al final de las palabras.

La letra i tiene otra versión con el punto desfasado hacia la derecha del eje de su trazo vertical —algo que no inventé sino que vi en impresos de Jenson, con esos puntos pequeñitos— lo mismo en j para que no colisionen sus puntos con los brazos o serifas de las mayúsculas F, T, V, W, e Y. La idea es que el punto quede centrado en el espacio entre esa mayúscula y por ejemplo el ascendente de otra minúscula por derecha.
Adicionalmente, por cada letra hice su tocaya con leves cambios para d, e, f, g, l, p, r, s, t, u y z. No había usado antes los componentes inteligentes (Smart Components de Glyphs) y eso ayudó a mi propósito en dos sentidos: reutilizar partes de letras para hacer otras, ya que más de 6 000 caracteres eran demasiados, pero además para poder hacer variaciones sutiles en las formas. Por supuesto no tuve que dibujar todos los caracteres, cientos de ellos se ensamblan automáticamente.

Ejemplos de uso de componentes inteligentes con el asterism [más arriba] y la ligadura f f i.
Ligaduras para estimular la escritura del español
La influencia del inglés en las culturas contemporáneas es asfixiante, sobre todo por su internacionalización tecnológica y su influencia política, además, por ser un idioma práctico en su escritura al no considerar la fonética. Si hasta la risa en español se escribe en inglés (ha ha ha). Desde niño siempre me llamó la atención en las películas estadounidenses, los concursos de deletreo escolares (spelling bees). Algo casi absurdo para el español. Lo más insólito es que hay un orgullo nacional en aquello, cuando se sabe que hasta el mismísimo John Baskerville y Eric Gill ya se quejaban de su escritura.



Admiro a peruanos y colombianos por cómo hablan el español, en general. Quien haya visitado Santiago, notará inmediatamente a qué me refiero con el español que hablamos acá. Si bien la influencia del inglés me parece muy marcada, es cierto también que las influencias entre los idiomas siempre han existido. Tampoco se trata de ser dogmáticos o puristas. Al trabajar principalmente en el mundo editorial, no me incomoda ni preocupa las formas de escritura en chats o redes sociales virtuales, porque se trata del habla viva, aunque esté por escrito. Sin embargo, cuando se publica profesional o formalmente, siento que la escritura debería hacerse de manera más cuidadosa con el español, una lengua europea heredada y apropiada en esta parte del continente con grandes cultores de la literatura y la poseía y en este sentido sí me preocupa ver en algunas publicaciones formales algunas palabras mal cortadas, falta de acentos y la ausencia de signos de exclamación e interrogación iniciales, por mencionar los más frecuentes. Incluso en impresos. El idioma español pareciera ser más relajado con las vocales a diferencia de otras lenguas, en las que un acento diacrítico cambia completamente el sonido de una letra. Mi intención no es solo quejarme y de forma muy modesta, diseñé signos de preguntas iniciales que abrazan o se dan la mano con algunas letras, observando que las ligaduras son apreciadas por muchas personas. Al final solo se trata de encontrar un sentido en el diseñar fuentes desde el español, como lengua materna e incluyendo la mayoría de las grafías posibles. Eso implica diseñar diacríticos diferentes para las mayúsculas e incluso, algunos, más condensados, como una diéresis o un circunflejo especial para la i de modo que no colisione con algunas letras.


Un aprendizaje muy relevante que tuve con el editor Robert Oleś, para la edición polaca Stwórz i złóż, del libro Hacer y componer, fue conocer la frustración que tenía con respecto a que el mercado de las fuentes en Europa casi en su mayoría contenían caracteres y diacríticos específicos para el polaco bastante deficientes en su diseño o, derechamente, carecían de ellos. Me hizo sentido el ser obstinados en cubrir lo que más se pueda, aunque la gente que escriba solo en inglés no le interese al comprar una fuente. Le pedí a Robert Oleś que me comentara los problemas que tenía con esos glifos en Otta y por supuesto los incluí. Llegué a sugerirle cambiar el diseño de los mini especímenes en el libro que muestran las fuentes, para incluir caracteres como ą, ł, ś, ż, pero precisamente ese era el problema, pues no todas las fuentes los incluyen. Al parecer, eso ha cambiado afortunadamente los últimos años. Una buena fuente de consulta es el libro The Insects Project disponible en PDF en la web.

La obstinación de generar un color multiescritural
Tal vez la cosa más difícil fue intentar que las distintas escrituras (latina, cirílica, griega y árabe) tuvieran un mismo color en la composición tipográfica. Es sabido que en la comunicación global, aún persiste la idea de la universalidad, tan criticada en esta época. Otta no está ni cerca de tal idea, al contrario, no basa todo su fundamento en la tradición europea. Se trata de un ejercicio de diseño, de exploración desde otra perspectiva. A partir de las ideas expresadas por el docente e investigador Manuel Sesma sobre el punto de vista europeo que hay en las clasificaciones tipográficas, que agrupa a todos los «demás» sistemas de escritura en el planeta bajo la etiqueta de No latinas (Non-Latin), esta idea confirmó que mi intención de diseñar una letra con contraste horizontal, es decir, contraria al modelo tradicional latino para el texto en prosa, era un camino que tenía sentido al menos para mí, arriesgándome a las críticas por la forma poco convencional, que se alinea más con la tradición de caracteres griegos y árabes que se crearon con ese tipo de contraste. Eso incluye también al hebreo e incluso lo llevé al extremo de aplicarlo en caracteres japoneses y devanagari con resultados bastante interesantes.

Por ahora los kana, el hebreo y el armenio están diseñados sólo en el peso Book. Los publicaremos cuando estén completos.

Sin embargo por temas de tiempo se dejaron fuera para detener esta bola de nieve y dar, finalmente, el cierre de una etapa. En lugar de forzar el griego o el árabe al modelo latino como ya se ha hecho, Otta los hace al revés. Una característica que compartimos con Alejandro Lo Celso en Atahualpa, sin quererlo el contraste horizontal se ha convertido en un sello distintivo de PampaType para las fuente de lectura inmersiva. Otta cuenta con más de 6 000 caracteres en un solo archivo y cada vez que lo abro en la aplicación Glyphs, que ayuda a avanzar más rápido en el trabajo productivo sin saber programar, me da satisfacción ver al costado izquierdo de la ventana principal todos los tickets de las escrituras en que he incursionado.

Palabras griegas cotidianas
Otta significó repasar y aprender varias cosas que no había profundizado. El legado lingüístico y conceptual de la cultura griega con sus distintos dialectos antiguos es demasiado, es decir, que allá se hayan dicho por primera vez la mayoría de los conceptos que usamos ahora es realmente extraordinario: academia, armonía, comedia, democracia, diagnóstico, diálogo, epidemia, escuela, fenómeno, filosofía, geometría, gramática, historia, idea, liceo, matemáticas, melodía, método, pedagogía, poesía, política, sintaxis, táctica, teatro, teoría, tragedia y un interminable etcétera. Son palabras gastadas, tergiversadas y problemáticas en algunos casos. Incluso la misma palabra alfabeto proviene de las dos primeras letras griegas. Además, la pronunciación del castellano se acerca mucho más al griego que en otros idiomas.

En su libro La lengua de los dioses Andrea Marcolongo —con derroche de pasión y amor por el griego antiguo— cuenta que los estudiosos discuten para comprender esta lengua que ya nadie habla y desentrañan la articulación de significados que no siempre se entiende del todo, seguramente porque las palabras se trata de ficciones como diría Montalbetti. Al parecer, es una lengua que por naturaleza es elegante de hablar, recitar y cantar. Algo que siempre me ha costado hacer con el idioma materno. Cito a la autora: «El abismo que separa el significado de una palabra y su interpretación crece cada hora, igual que los malos entendidos y las cosas no dichas». Faltó mencionar que mentir, maldecir, insultar son parte del paisaje lingüístico. «Decir cosas complejas con palabras sencillas, verdaderas, honestas…» añade. Para ella eso fue el griego antiguo, una lengua que no hacía caso del tiempo, se preguntaba por el cómo de las cosas, nosotros atrapados por el tiempo nos preguntamos por el cuándo. En fin, Marcolongo explica que el griego antiguo hace referencia a la cualidad de la acción, sin situarla en el tiempo, esto se traduce que solo hay un inicio y término de las cosas, pero no del tiempo. Nada se puede fijar en el tiempo porque siempre se transforma en otra cosa, yo añadiría incluso, lo que decimos. Algo de eso deberíamos aprender, acostumbramos a ver todo de modo tan lineal. Por eso agotan los clichés como que la sociedad o el mundo está cambiando.

Se tiende a pensar el idioma como una sola cosa, a reducir la cantidad de variaciones dialectales o acentos como pasa con la mayoría de los idiomas. Culpa de eso lo tiene la tipografía que «aplana» los sonidos y para qué decir del inglés que no avisa absolutamente nada de cómo pronunciarlo. Tal vez por eso los lingüistas crearon un extenso alfabeto paralelo. Para abordar el griego, he usado una aplicación de idiomas y si bien estoy familiarizado con los caracteres, todavía no es así con el idioma, mucho menos con el arcaico. Se podría decir que uno se transforma en una suerte de «copista digital» —como el medieval— que, conociendo algunas palabras y no leyendo fluidamente, practica el dibujo de sus signos.

Aprender al tanteo es lento, pero desprejuiciado
Varias veces antes había intentado dibujar algunos caracteres griegos, de hecho aparecen en el estándar básico de un teclado. Está mu (µ) que aparece como «micro», pi (π) y Omega (Ω). Pi (∏) y Sigma (∑) en mayúsculas corresponden a símbolos matemáticos, no son las letras para la escritura.
Puede ser intimidante comenzar a diseñar los diacríticos para la escritura del griego politónico por primera vez. Conocer la existencia de un griego antiguo distinto al actual (no solo en su escritura) con diacríticos que se dejaron de usar de modo generalizado desde 1982, se comprende que se redujera a ámbitos académicos o religiosos, pero ese uso restringido podría cambiar con los nuevos medios. Una profesora de historia antigua que conocí en un curso de lengua de señas —que había estudiado griego antiguo— me contaba que ella no entendía nada de una conversación en griego moderno y que cuando visitaba a un médico le comentaba que no le explicara lo que tenía porque lo entendía perfectamente por la terminología que usaba. De origen griego por supuesto.


Existe una referencia muy completa en la web de Irene Vlachou para abordar el diseño de caracteres griegos 5. También la editorial Niggli publicó Bi-Scriptual: Typography and Graphic Design with Multiple Script Systems en donde se habla de los diseños multilingüísticos que incluyen el árabe, el cirílico, el hebreo y el devanagari, entre otros. En la parte griega, escribe Gerry Leonidas que además hay una versión en la web. 6
A mi modo de ver, la mejor referencia gráfica son los primeros impresos en tipos de metal. Tienen esa frescura en la textura que se genera por su impresión física que con las idénticas letras actuales se pierde. Su naturaleza gráfica es un poco más cursiva —formas que se trazan de una sola vez— comparado con la escritura latina y con decenas de ligaduras. Algo que rescato de mirar otro tipo de escrituras es que uno se vuelve un poco más conservador con las formas de las letras, pues en la exploración de diseños con trazos que se alargan o se hacen curvos para escapar de la rutina de las formas, se da cuenta uno que hace letras que ya existen en otros alfabetos. La idea, supongo, es que en un diseño multiescritura ser prudente o ser más sobrio es mejor para no pisar los talones a otras escrituras.

Me gustaría comentar algunas cosas que aprendí en este proceso de incursión al griego politónico para la escritura del griego antiguo. Con la tecnología tipográfica actual podemos hacer inclusiones de formas arcaicas que convivan con las contemporáneas. La conjunción καɩ (kappa, alpha, iota) que se pronuncia /ke/ no esperaba que existiese oficialmente en el Unicode, aparece como un signo especial llamado kaiSymbol (U+03D7), un ampersand griego si se quiere, el cual había visto un montón de veces, pero que vine a caer en cuenta de su uso al completar el set. Nick Nicholas tiene una página 7 que, aunque un poco anacrónica en su diseño, contiene información valiosa sobre ligaduras del griego antiguo.

Perispo qué?
Ciertamente lo que más cuesta es aprenderse los nombres de los diacríticos antiguos. Además deben aprenderse transliterados con el alfabeto latino. Así, me hice una tabla para recordarme de ellos cada vez que tenía que buscarlos o combinarlos ya que hay disposiciones que no existen:

Vlachou señala que hay formas de acentuación que no poseen versión en mayúsculas, como también el uso en las versalitas es distinto al de las mayúsculas. En las mayúsculas, los diacríticos se posicionan en el costado izquierdo de cada letra mientras que en las minúsculas y versalitas van por arriba. Otro detalle, que ella menciona, es que según la tradición tipográfica la letra iota muda que acompaña a Alpha, Eta y Omega tiene dos posiciones, al costado derecho (prosgegrammeni) o por abajo del signo (ypogegrammeni) de ahí que sus nombres se describan como adscript y subscript respectivamente. En las minúsculas solo se usa como subscript o subíndice. Si bien tenemos que la forma estándar de iota muda acompañe al lado derecho de estas tres letras griegas mayúsculas en Unicode, Vlachou explica que la forma natural y tradicional para los griegos es que vaya por abajo. Para Otta se decidió incluir ambas formas, privilegiando que iota muda vaya por abajo y la que va por el costado sea un opción estilística que la persona decida en cuál posición la va a usar. Detalle que se explica en el espécimen PDF de Otta.





Los múltiples alfabetos cirílicos
Las letras cirílicas tienen su origen en el griego. Noté que hay diferencias con la K, las de pierna recta y curva, y otros caracteres dependiendo del idioma que se escriba: ruso, búlgaro, macedonio, serbio o ucraniano. Existe un pequeño «opúsculo» de Hanna Hakala, que diseñó DTL Valiance Cyrillic, que presenta estos y otros detalles. Con las actualizaciones de Glyphs se han ido incorporando varios de ellos no sin conflictos para mí porque tuve que renombrarlos.
Descubrí varios caracteres de tradición histórica muy llamativos, como el yusbig búlgaro, el yuslittle eslavo o los cuatro tipos de o oculares: la monocular, la doble monocular, la binocular y la multiocular [U+A66E] que no se usan y aparecen en textos antiguos de liturgia eslava. De hecho la o multiocular tuve que corregirla porque había sido mal publicada con siete ojos.

Caracteres cirílicos, de izq. a der: yusbig búlgaro, y los cuatro tipos de o oculares: monocular, doble monocular, binocular y multiocular.


También, navegando por internet, encontré una ficha metálica rusa que usaba el Jus Little sobre una nariz con bigotes y barba para indicar que, el impuesto por usar el vello en la cara dictado por Pedro el Grande, ya se había pagado.


La cultura escrita del cirílico es fascinante y extensa. Hay una tradición importante en el diseño de libros, recomiendo visitar una página con algunos libros sobre tipografía y caligrafía digitalizados, la mayoría con este alfabeto. 8 Con esa enorme tradición, fue una gran satisfacción para mí obtener un premio en el Modern Cyrillic 2019, 9 en donde participaron fuentes realizadas entre 2014 y 2019. En el espécimen que hice para ese concurso aparece la o multiocular de siete ojos y la corrección de Unicode fue realizada en 2021, a causa de la advertencia que hizo el lingüista Michael Everson, que en el manuscrito de 1429 la letra tiene en realidad diez ojos. Por supuesto, Otta también la actualizó.


El aporte árabe al español y su cursividad
El árabe es la escritura que más me impresiona junto con la china. La segunda será para otra vida. El árabe también tiene una notable influencia en el español: El apellido Medina (مدينة) que significa «ciudad», el uso de baladí (بلدي) como algo corriente significa «mi país»; el nombre Yamila (جميلة) que quiere decir «bella». La lista es significativa como sucede con el griego, véase la siguiente tabla:




El árabe, expresión más caligráfica que la itálica
La escritura árabe es muy compleja, además de escribirse de derecha a izquierda no tiene mayúsculas, se anotan algunas vocales como a, i y u y otras se marcan sobre o bajo otros caracteres, según su pronunciación. Las consonantes de un mismo sonido como k o q tiene varios matices, lo mismo que las eses.


Una curiosidad que descubrí es que los números indoarábigos que usamos en Occidente, no se usan de derecha a izquierda en el árabe como se podría suponer al verlos dispuestos en las matemáticas, alineados a la derecha en unidades, decenas y centenas para sumar o restar; sino que de izquierda a derecha como los usamos por este lado del mundo. Al usar InDesign, se puede desplazar el cursor de texto en un escrito árabe, por ejemplo hacia la izquierda, en el sentido de lectura árabe, y cuando hay un número entremedio el cursor da un salto y avanza en el sentido opuesto, hacia la derecha y al salir del número vuelve a avanzar hacia la izquierda en el texto. Solo los números árabes orientales se usan de derecha a izquierda.

Además, hay distintos estilos de escrituras, incluso sucede un fenómeno cultural que desconocía y es que la forma más usada de escritura árabe —el nasji o Naskh— es casi una imposición a otras lenguas como el Urdu que usan unas variantes con carácter nacional como lo es el Nasta'liq. Otras son el Diwani que es otomano, el cúfico que tiene una cercanía con las letras geométricas como Futura y el Thuluth, que es el más interesante para mí por ser muy gráfico, no tipográfico; son palabras o frases escritas en verdaderos emblemas incluso dibujos figurativos.






A diferencia del árabe, el alfabeto latino es bastante rígido y tomó considerable distancia respecto de su origen, sea epigráfico o caligráfico. Se supone que la itálica es la expresión tipográfica más caligráfica de nuestra escritura «occidental»; levemente inclinada, con una fluidez de formas en las letras que parecen trazadas de una sola vez y que, casi, parecen conectarse entre ellas con sus remates diagonales, pero el sistema tipográfico que fija la forma de las letras y las contiene dentro de rectángulos verticales, impide mantener esa naturalidad del trazado continuo. Incluso las fuentes de estilo Script, se ven en general bastante monótonas. Hermann Zapf —el calígrafo y diseñador de Optima y Palatino, entre otras— ya se quejaba de que la tipografía nunca podría asemejarse a la escritura manual de la itálica.
La escritura digital en deuda con varias culturas
Convertir la caligrafía árabe en tipografía fue un gran desafío para los punzonistas en el Renacimiento y para los ingenieros tipográficos desde la estandarización de Unicode al tener que incorporarlas como dibujos digitales. El cúfico y el nasji parecen ser los más avanzados hasta el momento, pero no para el Nasta'liq que, además del aspecto cursivo, tiene una línea de base de las palabras descendente en diagonal, siguiendo la dirección de lectura de derecha a izquierda. Esto genera un ritmo visual, con las letras y palabras organizadas en una pendiente que desciende suavemente hacia la izquierda y de forma intermitente cada vez que una de ellas se escribe hacia la derecha.

En Otta, el atrevimiento fue con el estándar, es decir, el nasji. Cada carácter con sus cuatro versiones para escribir el mismo sonido y, no olvidando, siempre de derecha a izquierda al inicio, al medio o al final de una palabra, evidencian lo pobre y atrofiada que se ha convertido nuestra querida escritura itálica. Sin embargo, la versatilidad en la combinación de formas que podrían cumplir la aspiración de Zapf, puede encontrar el camino para una escritura más humana. Retomando la iniciativa que, sin querer, Gutenberg usó para su propósito vuelva a tomar vitalidad en este desenfrenado avance tecnológico. Y despiertan más ideas para mejores diseños, menos mecánicos y menos torpes con estos desarrollos. Incluso, me parece más interesante este camino que el uso sobrevalorado que se les da a las fuentes variables en la actualidad.

IPA o AFI para el estudio
Otta es una obstinación para explorar escrituras, pero se requeriría demasiado tiempo para cubrir el Unicode, que en su última actualización (16.0) posee 154 998 caracteres y solo los caracteres chinos, japoneses y coreanos unificados (conocidos con la sigla CJK) corresponden a 97 680, es decir, casi el 62 % del total, considerando todas las demás escrituras registradas en el mundo.
De este modo, me acoté al estudio de la fonética mundial con el AFI (o IPA por sus siglas en inglés: International Phonetic Alphabet), sobre todo pensando en lo precario del inglés escrito y poder ayudarme de él. Tal vez podría ser más fácil tener caracteres fonéticos, pero el inglés tiene 44 sonidos. Esa ortografía irregular es difícil de aprender, solo pienso en que dos letras juntas como la «o» en blood y foot no se pronuncian del mismo modo. No sé si justifican los concursos de deletreo, los japoneses aprenden 46 sílabas básicas.

El alfabeto fonético internacional podría ser un camino, pero no es su objetivo ya que contiene 107 signos, más 31 diacríticos y otros signos que se combinan para marcar la duración, el tono o el acento en la notación de los sonidos de todos los idiomas conocidos. La mejor manera de aprender un idioma es vivir un tiempo en el país nativo de esa lengua.

Los Emojis son también caracteres
Para finalizar, me gustaría explicar la inclusión de algunos emojis en Otta, no es por moda sino porque me parece brutal cuando en libros de tipografía había una equis encima de algo que «no había que hacer» tipográficamente hablando. Puede ser intimidante cuando se está empezando a aprender sobre tipografía y arrastrar una vergüenza que no es tal. Así, me propuse crear las caritas alegres, tristes, asustadas o preocupadas para usarlas en lugar de esas equis sobre los errores o lo que había que evitar. Esto comenzó a tomar vuelo y fui dándome cuenta de que me asomé a otro abismo. Miles de emojis y aumentando en cada actualización de Unicode (ya que consideran las variaciones de color). Son los caracteres que más se añaden en cada actualización. Finalmente, caemos en cuenta de que el desarrollo de la tipografía nunca se completará ni detendrá; posiblemente, en el futuro, aparecerán emojis más ideográficos que pictográficos y puede ser que las letras se dejen de usar. Quién sabe.


Referencias
Palo Bálik, Filip Blažek, Robert Kravjanszki, Agnieszka Małecka, Zofia Oslislo,The Insects Project. Problems of Diacritic Design for Central European Languages. Edición privada. Katowice (PL), 2016.
Nikola Đurek. Identitet – Sustav pisama / Type system. Editorial: Umjetnička akademija Sveučilišta u Splitu, Odsjek za dizajn vizualnih komunikacija (Academia de Arte de la Universidad de Split, Departamento de Diseño de Comunicación Visual), 2016.
Francisco Gálvez Pizarro. Hacer y componer. Una introducción a la tipografía. Ediciones UC, Universidad Católica de Chile, Santiago, 2024 (1ra edición 2018).
— Stwórz i złóż. Wprowadzenie do typografii. Editorial 2d2.pl. Cracovia, 2019.
— Hacer y componer. Una introducción a la tipografía. Colección La biblioteca editorial, Ediciones Uniandes (Universidad de los Andes) en conjunto con Ediciones UC (Universidad Católica), Bogotá, 2019.
Andrea Marcolongo. La lengua de los dioses. Penguin Random House, Barcelona, 2017.
Mariana Muñoz Hauer y Eduardo Castillo Espinoza. Francisco Otta. Obra gráfica. Ocho Libros editores. Santiago de Chile, 2015.
Francisco Otta. Los alfabetos del mundo. La comunicación gráfica desde los fenicios hasta la computadora. Ediciones Extensión Universitaria. Santiago de Chile, 1974.
Rana Abou Rjeily, Cultural Connectives: Bridging the Latin and Arabic Alphabets, Mark Batty, NYC 2011.
Huda Smitshuijzen Abifares. Arabic Type Design For Beginners. An Illustrated Guidebook (English & Arabic Edition). Khatt, Amsterdam, 2013.
Ben Wittner, Sascha Thoma y Timm Hartmann [editores], Bi-Scriptual: Typography and Graphic Design with Multiple Script Systems Niggli, Sulgen (Suiza), 2018.
Francisco Gálvez Pizarro es diseñador gráfico y tipógrafo autodidacta chileno. Es profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile y autor del libro Hacer y componer, una introducción a la tipografía, de amplia lectura en el mundo hispanohablante. Su tipografía Australis recibió la Medalla de Oro en Morisawa, Tokio, 2002. Su tipografía Otta fue seleccionada en la Modern Cyrillic, 2019. Sus tipografías Amster y Chercán fueron favoritas de Typographica en 2014 y 2016 respectivamente. Junto con Rodrigo Ramírez, Francisco creó fuentes a medida para periódicos nacionales, el sistema de transporte público y la señalización de autopistas en Chile.
- Francisco Otta. Obra gráfica. Mariana Muñoz Hauer y Eduardo Castillo Espinoza. Ocho Libros editores. Santiago de Chile, 2015. ↩
- Término acuñado por Francisco Otta para nombrar su curso donde enseñaba el dibujo manual de letras, equivalente a Lettering. ↩
- https://articles.c-a-s-t.com/the-digital-wave-by-robin-kinross-e7d973c6806d ↩
- https://luc.devroye.org/fonts-38339.html ↩
- https://github.com/irenevlachou/Polytonic-tutorial ↩
- https://medium.com/@gerryleonidas/designing-greek-typefaces-eac0de7767cc ↩
- https://www.opoudjis.net/unicode/ligatures.html ↩
- https://bibliotekus.artlebedev.ru ↩
- https://2019.moderncyrillic.ru/en/ ↩