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Escrito por Manuel López Rocha  |  mayo 01, 2025

El diseño de Gorgias. ¿Cómo revivir una Fraktur tradicional y revalorizarla para un uso contemporáneo y original?

La última incorporación a nuestra tipoteca es una tipografía concebida y desarrollada en México que se adentra en un estilo poco explorado en el diseño tipográfico contemporáneo. Con una mirada tanto histórica como innovadora, Gorgias busca revitalizar la tradición gótica mediante una interpretación sofisticada y funcional que, hecha con gran pasión por el detalle, resulta en una versión renovada y versátil del estilo Fraktur, y a su vez en una de las propuestas más completas del género en el panorama tipográfico actual. Este artículo recorre los fundamentos y motivaciones en el proceso de diseño de Gorgias, explora sus aspectos formales y funcionales y resalta su potencial para enriquecer proyectos con una estética visual evocadora y dinámica.

Índice de contenidos


Un proyecto de maduración lenta

Gorgias no es resultado de una mera recuperación histórica, sino el producto de un proceso de investigación y experimentación de más de diez años, en busca de alcanzar un equilibrio entre el respeto al patrimonio tipográfico y la adaptación a necesidades de comunicación visual modernas. La familia resultante se compone de dos estilos bien definidos: sólida y Deco, cada uno declinado en dos pesos (Regular y Black). El conjunto ha sido diseñado con gran rigor y con una franca idea de versatilidad para su aplicación, incorporando variantes estilísticas y recursos ornamentales que amplían sus posibilidades expresivas.

Estas características permiten su uso en títulos y composiciones decorativas con un carácter distintivo, pero sin relegar su funcionalidad en bloques de texto. Resultado de un trabajo meticuloso en la construcción de sus formas, dotada de un amplio soporte lingüístico y equipada con buena diversidad de recursos tipográficos, Gorgias destaca por su fuerza visual, su singularidad e idiosincrasia, y por su habilidad para integrarse en contextos tipográficos bien diversos.

Aquí siguen algunas reflexiones que se desprenden del proceso de diseño de una tipo gótica o fracturada en los tiempos que corren.


De herencia alemana y apropiación mexicana

En México, las letras góticas tienen una presencia muy arraigada, más de lo que podría suponerse en un país en esta orilla del Atlántico. Aunque su origen está vinculado a la tradición tipográfica europea, en especial la alemana, su influencia ha permeado de manera notable en diversos ámbitos de la cultura visual mexicana. Este estilo de letras —o sus ecos— se manifiesta en elementos tan diversos como marcas comerciales, rótulos callejeros, letreros de comercios, logotipos de equipos deportivos y hasta en la rotulación de templos religiosos.

Muestras de rótulos y anuncios en letra gótica en distintos lugares de México [fotos mezcladas de Manuel López Rocha, Jesús Barrientos Mora y Alejandro Lo Celso.]

También hay muestras importantes del uso de las letras góticas en los primeros impresos americanos, producidos en México, así como en manuscritos escritos tanto en lengua castellana como en diversas lenguas originarias. Su presencia se documenta especialmente entre los siglos XVI y XVIII, evidenciando su arraigo en la tradición escrita de la época.

Páginas del libro Arte de la lengua mexicana y castellana escrito por Alonso de Molina e impreso por Pedro Ocharte en 1571.

Así, la presencia de la letra gótica en México, lejos de ser anecdótica, ha sido objeto de estudio en investigaciones como Mexican Blackletter, de Cristina Paoli, que documenta su uso en la gráfica popular, o en la conferencia “A Beautiful Dark Heritage” que Jesús Barrientos diera para la escuela The Cooper Union, donde se explora el arraigo y las mutaciones de este estilo dentro del imaginario visual mexicano.

Portada del libro Mexican Blackletter, de Cristina Paoli y capturas de la charla “A Beautiful Dark Heritage” dada por Jesús Barrientos para la escuela The Cooper Union.

Las formas de las letras góticas siempre han representado para mí un enigma, una contraposición tanto visual como conceptual de las formas clásicas de la letra romana, que no solo dominan la enseñanza tipográfica tradicional, sino que también están presentes desde la infancia en el aprendizaje de la lectura. Su lógica formal, basada en contrastes más abruptos y estructuras angulares, plantea una aproximación distinta a la construcción de la letra y al ritmo de lectura. Aunque en México la presencia cotidiana de la tipografía gótica se da sobre todo en interpretaciones populares y rotulación manual, el estilo Fraktur específicamente no es el más común dentro de este panorama gráfico. No obstante, fue precisamente esa ausencia lo que despertó mi interés por diseñar una tipografía gótica que dialogara con esta tradición desde una perspectiva contemporánea. Más que una simple recreación histórica, este proyecto se convirtió en una exploración formal y conceptual que buscaba conectar con la riqueza visual que este estilo ha venido desarrollando en distintos contextos culturales.


Desde la pluma o desde el plomo

En pleno 2025, y más allá de los países de habla alemana, la familiaridad con las formas de la letra gótica proviene principalmente de la caligrafía. Su estilo característico, definido por estructuras fragmentadas y angulares, se origina en un ductus bien delimitado, cuya lógica responde a la herramienta con la que se traza. Sin embargo, el estilo Fraktur siguió un camino distinto: su consolidación no estuvo tan determinada por la pluma, sino por el metal. Aunque, en términos estrictos, todas las formas tipográficas evolucionaron en metal desde que se independizaron de la pluma, la Fraktur lo hizo como un estilo plenamente tipográfico, cuya morfología fue definida por los principios técnicos y estéticos del diseño de tipos móviles en lugar de los gestos manuales de la escritura. Esta transformación le permitió adquirir una identidad visual propia, diferenciada de otros estilos góticos, y establecer una tradición tipográfica que perduró casi 400 años.

En muchos diseños de tipografía contemporáneos inspirados en el estilo Fraktur, es común observar modulaciones con un eje de contraste horizontal en ciertos rasgos o terminales que evocan más el trazo expansivo de una herramienta de punta flexible que la presión uniforme de una pluma plana de caligrafía. Si bien la naturaleza ornamental de la Fraktur es una de sus cualidades más distintivas, su expresividad no proviene de la fluidez de la tinta sobre el pergamino, sino de las restricciones y posibilidades impuestas por el bloque de metal. Su diseño se adaptó a las limitaciones del sistema tipográfico, desarrollando soluciones formales que, lejos de ser meras transcripciones de la caligrafía, consolidaron un lenguaje visual propio dentro de la historia de la tipografía.


La fuente de la fuente

Gorgias nació a partir de la reconstrucción de una fuente tipográfica encontrada en un libro alemán de 1911, que encontré en una librería de viejo en el barrio de Coyoacán, en Ciudad de México. Se trataba de una edición comentada del Gorgias (o de La retórica) de Platón, claramente pensada para un uso académico o escolar. Más allá de su contenido, el libro me atrajo por su composición tipográfica, que presentaba un tratamiento particular del estilo Fraktur. Ese hallazgo despertó mi curiosidad por analizar y reinterpretar sus formas, dando pie al desarrollo de una tipografía que recuperara su esencia pero desde una perspectiva contemporánea.

Páginas del Platos Gorgias de 1911 que hallé en una librería de viejo en Ciudad de México. La portadilla aclara “con una introducción sobre la vida y los escritos de Platón por el Prof. Dr. Textor”.

El libro contiene muestras de una familia con cuatro fuentes de peso ligero a 30, 18, 14 y 12 puntos en la portada y dos fuentes de 8 puntos en dos variantes de peso para el cuerpo del texto en los interiores. La tipografía pertenece a un estilo conocido en Alemania como Schulfraktur, que podríamos traducir como “Fraktur escolar” y que fue ampliamente utilizado en materiales académicos y ediciones juveniles, ya que atenuaba el carácter ornamental y expresivo de la Fraktur en beneficio de una simplificación del estilo y de una austeridad más apropiada para cuerpos pequeños, lo que la hacía adecuada para el ámbito educativo.

Un análisis más simplista y desde un punto de vista alejado de la cultura germánica e influenciado por los estándares contemporáneos de la tipografía de estilo romano, podría llevarnos a pensar que esta simplificación obedecería también a un ánimo por volver a la letra gótica “más clara y legible”. Sin embargo, las letras góticas resultaron ser muy legibles para las generaciones de alemanes que las emplearon a lo largo de su vida. De hecho, desarrollar una familia tipográfica como Gorgias ha sido también una forma de cuestionar ese prejuicio alrededor de un estilo tan significativo para la historia de la tipografía.


Identidades sensibles y turbulencias políticas

Este estilo de letra surge en una época en la que la tradición tipográfica gótica en Alemania comenzaba a acercarse sutilmente a las formas romanas, predominantes en gran parte del mundo. Este fenómeno no era solo una cuestión estilística, sino que reflejaba una pugna cultural dentro del país. Por un lado, estaban quienes veían en las letras góticas —y especialmente en la Fraktur— un símbolo de identidad lingüística y cultural que debía preservarse y difundirse; por otro, aquellos que defendían la tipografía romana, o Antiqua, con una visión más cosmopolita y orientada a la integración de la cultura alemana con la tradición tipográfica internacional.

En mayo de 1911, el mismo año de la publicación del libro que inspiró el diseño de Gorgias, esta contraposición llegó incluso al ámbito político: En el Reichstag (el parlamento alemán) se debatió y votó una iniciativa para sustituir los tipos góticos por los romanos como estilo oficial. El debate estuvo marcado por una serie de alegatos apasionados de ambos bandos y, aunque estuvo cerca de aprobarse, la propuesta terminó por fracasar por un margen de solo tres votos.

Esta pugna devino en un ánimo por conciliar ambos mundos y condujo a una exploración gráfica que por aquellos años dio lugar a diseños de tipografía que combinaban rasgos góticos y romanos para crear formas híbridas. Ejemplos destacados de este movimiento son algunos tipos de Heinz König, Otto Eckmann, Rudolf Koch, Otto Hupp y Julius Klinkhardt, entre otros. Para profundizar en este tema, se pueden consultar el libro de Paul Renner de Christopher Burke 1 o el artículo de Christopher Burke “Los tipos híbridos alemanes entre 1900 y 1914” 2, las memorias del simposio de abril de 2019 en el ANRT (gotico-antiqua.anrt-nancy.fr).

Algunas muestras de tipografías híbridas. De izq. a der. y de arriba hacia abajo: Enge Britannia Gotisch de Julius Klinkhardt, Walthari de Heinz König, Eckmannschrift, de Otto Eckmann y Neudeutsche Schrift de Otto Hupp.

La convivencia entre las Fraktur, las romanas y las híbridas se mantuvo en la tipografía alemana durante toda la primera mitad del siglo XX. A pesar de las tensiones entre los defensores de cada estilo, los impresos alemanes de la época muestran una coexistencia constante de estos géneros, cada uno con su propio nicho de uso. Sin embargo, entre 1941 y 1945, los tipos Fraktur fueron oficialmente proscritos en Alemania por el régimen entonces en el poder. Esta decisión, aparentemente contradictoria si se considera la fuerte asociación de la Fraktur con la identidad alemana, pero que favorecía la adaptación a un creciente público lector de origen no germánico y por tanto no habituado a las góticas, marcó un punto de quiebre en la historia tipográfica del país y aceleró la adopción generalizada de las formas romanas como el estándar tipográfico predominante.

Volviendo un poco en el tiempo, el acercamiento de las Schulfraktur a las formas romanas fue más sutil que en los ejemplos anteriores, pero en muchos casos suficiente para dejar de lado algunos elementos icónicos de la letra gótica. Este ajuste no implicó una transformación radical, sino una adaptación que buscaba la familiaridad con las formas fuera del ámbito de la tradición gótica, sin abandonar del todo su esencia. Las Schulfraktur se distinguen por un dibujo franco, discreto y contenido: a diferencia de las variantes góticas más tradicionales, aligeran los trazos quebrados, limitan las florituras —especialmente en las mayúsculas—, suavizan las terminaciones adiamantadas y, con frecuencia, presentan extremos redondeados o menos afilados. Además, incorporan formas romanizadas en algunas letras y se combinan con cifras con rasgos propios de la tipografía romana (no olvidemos que las cifras son de origen indoárabe, por supuesto), consolidando así un carácter híbrido que las hacía más accesibles para un público que buscaba acercarse poco a poco a la escritura latina.

Gorgias es una interpretación —en ocasiones fiel y en otras, más libre— de las letras encontradas en aquel libro. Sin embargo, su diseño también se vio enriquecido con una investigación documental y visual sobre la evolución de la letra gótica y sus múltiples formas. Aunque tradicionalmente vinculadas a la lengua alemana, estas formas tipográficas poseen una flexibilidad que les permite ajustarse a un panorama lingüístico más vasto, asegurando su pertinencia en distintos contextos actuales.


Integración del pasado y el presente

Elegir de forma adecuada las formas por defecto y las formas alternativas implicó un proceso de toma de decisiones en el que, intentando preservar el espíritu de la fuente, deseaba encontrar un punto medio entre lo existente en el original y las nuevas posibilidades que brinda la tecnología, justo en el umbral.

Esta hibridación estilística me motivó a incluir en Gorgias una serie de glifos alternativos que obedecieran en ocasiones a un uso más tradicional y en otras a uno más contemporáneo.
Estas alternativas se pueden elegir manualmente o activarse por medio de tres conjuntos estilísticos, nombrados Old Fraktur, Classic Fraktur y New Fraktur: Para un uso más clásico, Classic Fraktur ofrece la forma clásica de “S”, “G” y “P”, además de las formas más tradicionales de “k”, “s”, “x”,“y” y “z” junto con las formas cerradas de “v” y “w”. Incluso se puede optar por una alternativa más apegada a las formas históricas, eligiendo Old Fraktur para emplear la “s” larga —que incluye todas sus ligaduras— junto con la forma alternativa de la “r” que acompaña a las formas curvas o las vocales alemanas “ä”, “ö”, ü” alternativas. Si lo que se busca es una apariencia más contemporánea y menos germánica, se puede emplear New Fraktur, que descompone las ligaduras típicamente alemanas (como “ch”), despliega una “s” menos fracturada y una “k” al estilo romano, junto con las formas abiertas de “v”, “w”, “x”, “y” y “z” y con la “S” de doble curva o la “G” y “P” por defecto que, en conjunto, facilitan la legibilidad para quienes no están tan familiarizados con la extravagancia de las formas góticas tradicionales.

Además, siguiendo una práctica común en las fraktur de la época en las que las mayúsculas acentuadas se podían presentar más bajas, Gorgias contiene una versión reducida de las mayúsculas con acento superior, en caso de necesitar un espacio vertical más eficiente.

Las Schulfraktur solían emplear numerales con rasgos romanos de estilo moderno, diferenciándose de las góticas tradicionales que empleaban cifras de rasgos góticos. Para Gorgias decidí incluir ambos diseños: además de dibujar los numerales de estilo latino, diseñé un conjunto de cifras de rasgos góticos, en armonía con los caracteres alfabéticos. A su vez ambas opciones de cifras incluyen también sus grupos de signos monetarios, fracciones, números superiores e inferiores y otros símbolos que quedan a elección del usuario.

Otra característica innovadora de la fraktur que inspiró a Gorgias es un elemento que a ojos contemporáneos puede parecer banal, pero que en el contexto de la época y el estilo resulta poco común: la incorporación de una variante más pesada como elemento diacrítico o de énfasis dentro del texto.

En la tradición tipográfica gótica, las jerarquías y resaltes se solían indicar con una apertura del espacio entre caracteres, a falta de una variante itálica o negrita, como en las romanas. Esta característica está presente en la tipografía alemana, incluso en textos compuestos con tipos de estilo romano. El libro del que se desprende Gorgias muestra, sin embargo, una versión Black que se emplea para marcar una diacrisis en los diálogos y otras partes del texto donde se requiere una marca de jerarquía.

Detalle del Gorgias y su uso de una fraktur en peso black para acentuar palabras, en este caso los nombres de quienes dialogan.

Gorgias incluye una variante Black, que recoge los rasgos de la regular y los exagera, para crear un peso acompañante que funcione para crear jerarquías o resaltes de texto a la manera contemporánea. Asimismo, usada en cuerpos grandes permite obtener un fuerte impacto visual.

La familia Gorgias y sus cuatro estilos, en acción.


Ornamentos y recursos expresivos

En Gorgias podemos encontrar también un conjunto de ornamentos que amplían sus posibilidades expresivas. Algunos de estos fueron diseñados para funcionar como viñetas, aportando pequeños acentos gráficos que enriquecen la composición. Otros están concebidos como auxiliares para armar títulos, permitiendo darles un tono decorativo. Además, la familia cuenta con una serie de glifos específicos para la creación de cenefas, que pueden utilizarse tanto en márgenes y cornisas como en separadores de texto, evocando la riqueza ornamental de los impresos históricos. Y también se diseñó un conjunto de ornamentos para componer marcos, ya sea pequeños o a página completa, habilitando la posibilidad de composiciones altamente ornamentadas y con un clima de tradición tipográfica. Estos elementos decorativos refuerzan el vínculo de esta fuente con la estética de las ediciones históricas.

Gorgias incluye también capitulares inteligentes: mayúsculas enmarcadas que se activan via OpenType para aportar elegancia y jerarquía al texto. Además de su función estética, permiten estructurar visualmente los contenidos, destacando inicios de sección, fragmentos o momentos clave de un texto.


Versiones Deco: encanto visual extra

Además de sus estilos básicos, Gorgias cuenta con dos variantes huecas o abiertas (Deco), también en pesos Regular y Black, concebidas para aportar un tono decorativo más refinado, sin perder coherencia con el resto de la familia. Estas fueron enteramente dibujadas a mano, sin la ayuda de algoritmos ni filtros. La intención ha sido que lucieran cautivantes en cuerpos grandes. Su anatomía abierta genera un juego de llenos y vacíos que enriquece la textura tipográfica y da un carácter único a la composición.

Pese a su naturaleza ornamental, las variantes Deco mantienen el mismo repertorio de caracteres y la misma atención al detalle que sus contrapartes sólidas, asegurando la intercambiabilidad entre estilos y la funcionalidad en cualquier contexto; además permiten su uso en capas superpuestas para aplicaciones en color. Su desarrollo implicó sucesivas etapas de refinamiento, buscando el equilibrio entre expresividad y legibilidad.


Prestaciones idiomáticas y golosinas tipográficas

Gorgias puede hablar en muchos idiomas. Aun si el estilo Fraktur hoy suele asociarse sobre todo con usos ornamentales o evocaciones históricas, las cuatro variantes de la familia incluyen el repertorio de alfabeto latino extendido, con cobertura para más de 220 lenguas. Completar el juego de caracteres de acuerdo a los estándares tipográficos actuales implicó no solo una reconstrucción meticulosa de las formas históricas, sino también la inclusión de muchos símbolos poco frecuentes en este estilo. Gorgias suma signos monetarios, técnicos, editoriales y comerciales, además de las cifras en dos estilos (latino y gótico) ya mencionadas.

También se integraron en Gorgias las funciones OpenType que optimizan su uso, permitiendo activar y desactivar con facilidad sus múltiples características: ligaduras, alternativas estilísticas, localizaciones idiomáticas, formas históricas, puntuación sensible a caja, cuatro conjuntos de cifras (con alineación tabular y proporcional), símbolos monetarios extendidos, fracciones, subíndices, superíndices, ordinales completos, además de la serie de recursos ornamentales: capitulares enmarcadas, viñetas, adornos, cenefas y marcos.

La idea de este proyecto era alcanzar un diseño de gótica que permitiera, de un lado, estructurar titulares con carácter y personalidad, y de otro componer textos extensos con solidez y un cierto refinamiento libresco, ofreciendo así buena versatilidad tanto en proyectos editoriales como en aplicaciones gráficas más expresivas. Los usuarios y el tiempo dirán si lo hemos logrado.



Bibliografía y lecturas complementarias

Burke, Christopher (2001). “Los tipos híbridos alemanes entre 1900 y 1914”. En P. Bain & P. Shaw (Coords.), La letra gótica. Tipo e identidad nacional (pp. 58–69). Valencia: Campgràfic.
— Burke, Ch. (2001). Paul Renner maestro tipógrafo. Valencia: Campgràfic.

Molina, A. de. (1571). Arte de la lengua mexicana y castellana [Edición original]. México: En casa de Pedro Ocharte.

Paoli, Cristina (2006). Mexican Blackletter. New York: Mark Batty Publisher.

Platón. (1911). Platos Gorgias: In Auswahl übersetzt, nebst einem Anhang aus dem Theätet (Mit einer Einleitung über Platos Leben und Schriften, hrsg. von Prof. Dr. Textor). Leipzig: Velhagen & Klasing.

Manuel López Rocha es diseñador gráfico y de tipografía, originario de Xalapa, México. Desde hace años investiga y desarrolla proyectos sobre tipografía para lenguas indígenas de México y de América. Ha impartido talleres y conferencias sobre el tema y ha trabajado con hablantes y lingüistas en la creación de soluciones tipográficas que respondan a las necesidades de estas lenguas. Su trabajo en tipografía ha sido reconocido en varias ediciones de la Bienal de Tipografía Latinoamericana “Tipos Latinos” (2012, 2014, 2016 y 2018). Ha dado clases en varias universidades a nivel licenciatura y posgrado, enseñando tipografía, caligrafía, diseño tipográfico y diseño editorial. Actualmente, es socio y diseñador en el estudio Cuatro Ojos, profesor en la Universidad Anáhuac Veracruz y parte del colectivo Letrástica.

  1. Paul Renner maestro tipógrafo, Valencia: Campgràfic, 2001; a su vez traducción de la versión original inglesa: Paul Renner. The Art of Typography Londres: Hyphen Press, 1998.

  2. Burke, Christopher (2001). “Los tipos híbridos alemanes entre 1900 y 1914”. En P. Bain & P. Shaw (Coords.), La letra gótica. Tipo e identidad nacional (pp. 58–69). Valencia: Campgràfic.

Del cine al libro. Hiroshima en la “Blanche”. En la prehistoria de las «Historia(s) del cine» de Jean-Luc Godard