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Una inspiración
Los manuscritos carolingios del canto gregoriano tienen signos misteriosos en sus páginas, escritos por encima el texto latino. Estas son las primeras formas de notación melódica. Estos signos, que tienen más de mil años de antigüedad —y que llamamos neumas— se siguen utilizando hoy en día. Su composición asistida por computadora es un verdadero reto tipográfico, ya que nuestras herramientas digitales no están en absoluto adaptadas a este tipo de inscripciones. Cuando comencé mi postgrado en el ANRT, quise encontrar una solución tipográfica que resolviera esta situación con elegancia y coherencia.
Entonces propuse una interpretación tipográfica más contemporánea de los signos musicales (más concretamente de los signos conocidos como “Metz” y “Saint-Gall”), inspirada en el modelo carolingio, pero también en su versión actual, dibujada casi siempre con rotulador o bolígrafo. Luego lo digitalicé todo, lo integré en un archivo tipográfico respetando una nomenclatura precisa, para poder componer con el tipo de letra en un software dedicado al registro de partituras: Gregorio 1.
En el mismo movimiento, decidí acompañar las neumas con un diseño alfabético basado en principios similares: estructura histórica, trazo monolineal. A la vez una minúscula carolingia y una sanserif o paloseco; este fue el nacimiento de Carolinéale. 2.
Una escritura
El texto de los manuscritos de cantos del siglo IX está escrito de forma notable. La caligrafía utilizada es relativamente nueva para la época. Se llama minúscula “carolingia” o “carolina” ya que fue encomendada por Carlomagno.
Desarrollada lentamente, la minúscula carolingia sólo encontró su estabilidad en el siglo IX, deshaciéndose poco a poco de la presencia de los caracteres merovingios. Con el auge de los scriptoria carolingios, la escritura mejoró su legibilidad y se extendió más allá de las fronteras del imperio. Los orígenes caligráficos de esta forma escritural se remontan a las escrituras unciales y semi-unciales que la precedieron.
Una romana
La romana o redonda de Carolinéale se basa en las formas más sintomáticas de la minúscula carolingia. Más precisamente la fuente se basa en la caligrafía de los manuscritos de los scriptoria de la cuenca del Rin, producidos entre los siglos IX y X.
He tratado de proponer una interpretación monolineal y subjetiva, que busca mantener su ADN, sin dejar de ser lo más estable, legible y contemporánea posible. Los caracteres de Carolinéale tienen todos en su construcción una huella más o menos visible de un origen dibujado a mano. Cada signo persigue un equilibrio satisfactorio, a caballo entre el vocabulario de una sanserif contemporánea de un lado y del otro el de la caligrafía medieval.
Las huellas caligráficas de Carolinéale se equilibran con formas más contemporáneas. Intenté encontrar un balance entre las líneas que podían parecer relativamente experimentales y los elementos más estables. Luego presté especial atención al ritmo de los espacios en blanco, para que Carolinéale fuera cómoda de leer en textos largos y a la vez resultara estimulante a los lectores cuando se utilizara en cuerpos grandes.
Una familia
Carolinéale dispone de varios pesos cuidadosamente distribuidos y diferenciados, que van desde el ultraligero (Thin) al negro (Black), para responder a todas las situaciones editoriales. La adición de estos pesos también aleja su estilo de las inspiraciones históricas: mientras que la existencia de minúsculas carolingias más “oscuras” es innegable, una versión magra o ligera es más fantasiosa y no tiene ningún equivalente medieval concreto. Lo mismo ocurre con la unión del todo como una familia, un único conjunto.
Una cursiva
La cursiva como tal está ausente en la Edad Media. 3 Al imaginar una cursiva para Carolinéale, tuve que recurrir a un ejercicio de pensamiento puramente especulativo: ¿cómo habría sido una cursiva para la minúscula carolingia si también hubiese surgido en el siglo IX? Y de esta cursiva ucrónica, ¿qué podría tomar para diseñar mi propia cursiva?
La cursiva de Carolinéale está pensada para acompañar a la redonda o romana. Busca distinguirse y aportar una nueva voz a nivel de la frase, a la vez que mantiene la armonía y la coherencia a nivel del párrafo. Cada miembro de este dúo busca expresar su propio tono y ser inmediatamente reconocido, sin romper el ritmo de lectura. He buscado que la itálica de Carolinéal se exprese con su propia lógica, a partir de una forma más viva, orgánica y fluida. Así, los textos compuestos con la cursiva de Carolinéal lucen más fluidos y rítmicos que con su equivalente redonda.
Por último, la itálica de Carolineale es aún más abiertamente anacrónica que su compañera romana. Su inspiración proviene, en particular, de las cursivas sanserif humanistas anglosajonas de principios del siglo XX. 4 Sobre todo, intenté que su diseño transmitiera una cierta sensación de simpatía, de jovialidad, de calidez.
Un coro
En última instancia, al diseñar los diferentes estilos de Carolineale, busqué un equilibrio entre la calma y la estabilidad de los tipos paloseco contemporáneos y la energía y la calidez de la caligrafía carolingia. Este punto de equilibrio es el que ha impulsado cada decisión en el diseño de toda la familia tipográfica.
Al momento de su publicación, me parece que los diferentes estilos y pesos de Carolinéale efectivamente cantan a coro, tal como los cantantes carolingios cantaban juntos. Creo que sus diferentes voces se complementan y conforman una propuesta singular: una sanserif humanista con elegancia contemporánea y sabor histórico.
Espero que el diseño, madurado a lo largo de siete años, resuene en algunas mentes, y que se plasme en algunas pantallas, algunas páginas, algunas paredes o algún otro medio que aún no me atrevo a imaginar. Bon voyage.
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Es diseñador gráfico y tipográfico afincado en Estrasburgo, en la orilla francesa del Rin. Se especializa en diseño de tipografías, diseño editorial e identidades visuales para ámbitos culturales. Comenzó su carrera como diseñador editorial para Maison Moderne, una editorial independiente de Luxemburgo donde diseñó revistas y folletos. En 2013 co-fundó Nouvelle étiquette, donde co-diseñó varios proyectos, desde catálogos de exposiciones hasta identidades visuales completas. En 2014 se incorporó al ANRT, Atelier Nacional de Recherche Typographique (Nancy, FR), enfocándose en las primeras notaciones musicales medievales. En 2017 la investigación fue financiada por el Centro Nacional de Artes Visuales de Francia. Carolinéale, la tipografía resultante de ese proyecto, fue publicada por PampaType. Francis es diseñador de tipos colaborador en PampaType. Desde 2016 ha estado ayudando a ampliar los conjuntos de caracteres del catálogo. En colaboración con Alejandro y dentro de Nouvelle étiquette, Francis también diseñó una familia tipográfica especial para la Catedral de Metz, como parte de un encargo público del Ministerio de Cultura francés. Francis continúa ahora su actividad de diseño gráfico a través de ramel-luzoir, un estudio gráfico y de arte contemporáneo que dirige junto a Julie Luzoir.
- En este marco se crearon dos notaciones musicales (Metz y Saint-Gall). Está prevista una futura actualización de Carolinéale que integre esos signos ↩
- Debo este nombre a Gerard Unger, el renombrado diseñador de tipos holandés, quien me lo sugirió cuando asistía a mi presentación de posgrado en el ANRT ↩
- El concepto es puramente tipográfico y fue introducido a finales del siglo XV por Francesco Griffo da Bologna. ↩
- En particular pensamos en el trabajo de Frederic W. Goudy y su Goudy Sans. ↩