La tipografía es, de todas las herramientas del diseño, la más ubicua y la más invisible. Es el elemento visual más fundamental para la construcción de sentido y está intrínsecamente ligada a la articulación escrita del lenguaje. Ya que su razón de ser es la construcción de mensajes en las situaciones y soportes más variables, la paleta de tonos y sabores que podemos pintar con tipografía ha de ser igualmente infinita. Resulta entonces imprescindible conocer esa variedad, distinguir entre sus diversas especies, tonos e intensidades para que su uso no sólo sea correcto sino que también estimule al lector. —Teresa Schultz [10-10, 2016]